Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán. Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo, Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta nueva. Job 14:7-9
Una temprana mañana a principios de este año jamás nos podíamos imaginar lo que se veía al ser sorprendidos, cuando al despertar se vió el árbol que tantas alegrías nos había dado en muchos años, su robusteza, su increíble sombra en días de inmenso calor, su fruto, sus ramas y sus hojas hacían de ella el árbol más hermoso del huerto, donde pajaritos hacían sus nidos y era como un punto de encuentro de ellos como una orquesta o coro que nos permitia relajarnos escuchándoles cantando deliciosamente las más impactantes melodías, además este árbol nos trae un recuerdo y sentimiento muy especial, fue mi querido y amado padre que ya está en la presencia del creador que plantó una semilla que con el tiempo se transformó en un árbol hermoso, allí debajo de su árbol él también muchas veces derramaba sus lágrimas en oración.