Ser santo no es ser un santurrón, ser santo es caminar siguiendo los pasos de Jesús.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4:22-24
Cuando un avivamiento de renovación es genuino, Dios siempre nos lleva a alejarnos de lo carnal encastrado en nuestras vidas para buscar más lo celestial, ÉL nos acerca más a Su trono de gloria y a una vida de santidad, a una verdadera alabanza, adoración y entrega a ÉL. Por la gracia de Dios viví y experimenté algunos avivamientos, los que fueron movidos por Espíritu Santo siempre llevaron a hacer la voluntad de Dios obedeciendo a Su palabra, los que son movidos por el hombre la palabra SANTIDAD es siempre como alcohol puro en una herida y por eso se la rechaza, los que anhelan la verdadera santidad saben bien que no se obtiene por uno mismo, se entiende perfectamente que el que desea la SANTIDAD debe santificarse en DIOS.