Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mateo 4:3-4
y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían. Mateo 4:9-11
Meditando hoy en las tentaciones que el enemigo de forma tan sutil viene a nosotros incluso usando verdades de lo que somos en Dios para desviarnos de lo real y verdadero, las verdades de Dios no son negociables, debemos tener el discernimiento espiritual para saber lo que nos fue dado por Dios y las ofertas que el diablo nos hace.
Lo más importante en la vida de un discípulo es responder a Dios el cual busca verdaderos adoradores para adorarle en espíritu y en verdad.
No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:17-20
Escuchaba alguien decir primero el pueblo y después la ley, algunos piensan que la ley no sirve para nada, esta misma persona que dijo antes que la ley el pueblo, sabe muy bien que la ley le ha protegido a él porque si fuera por el pueblo hoy quizás su historia no seria la misma, cuantas veces pretendemos una justicia a nuestra manera o conveniencia, no sabemos juzgar y cuando lo hacemos no siempre es correctamente, parece que la ley es para los demás y como si nosotros estuviéramos exentos de ella. Recordemos que Jesús no hace acepción de personas, Su ley y Su gracia es para todos por igual, no rechacemos Su inmensa gracia, aceptemos Su palabra para vivir en justicia y plena libertad.
