REFLEXIÓN
Si damos un vistazo al todavía aceptado diccionario y a la Biblia nos daremos cuenta que la corrupción no se trata sólo de dinero, cuando hablamos de este terrible y ignorado pecado lo primero que pensamos es en el dinero, quizás porque es lo que más nos duele y nos afecta, pero si miramos con atención nos daremos cuenta que la corrupción es mucho más que lo económico, detrás de cada acción de corrupción hay un espíritu de engaño y mentira, esto no es nada nuevo, desde siempre estuvo y está en el corazón de la humanidad, algunas de las definiciones de corrupción; conseguir un trato favorable o beneficioso injustamente o ilegal, alteración de la forma o de la estructura original y verdadera, degeneración de la moral y las costumbres, corrupción de menores, depravacion, persecución, inmoralidad, soborno, cohecho, la corrupción está arraigada en todas las áreas de nuestra sociedad, en la política, en la religión, en el deporte, en la economía y un gran etcétera.
El dolor de la corrupción disfrazada de otros engaños corruptos no es menor que el económico aunque sin duda la raíz de todos los males es el amor al dinero.
La corrupción no entiende ni respecta religiones ni siglas políticas, la corrupción es una agresión al prójimo y al bien común, la Biblia nos enseña la gravedad de este terrible pecado, hay infinidad de citas Bíblicas que nos advierten de este gran mal.
